
Desde que Israel se retiró de Gaza hace tres años, grupos de palestinos han lanzado miles de bombas y misiles hacia Israel. Han dado muerte a pocos israelíes pero han provocado mucha inseguridad en la frontera con la franja. En la última semana previa a la bestialidad del ataque israelí del día 27, los palestinos lanzaron más de 300 cohetes. Israel puede objetar que ha sido provocado. Es cierto. Pero la reacción de ellos es exagerada porque no va a conseguir la paz a base de tiros.
Hasta un señor ilustrado y humanista como Amos Oz ha manifestado que el ataque está justificado. No vamos bien. Lo que no está justificado es la dureza de los ataques, con muchos civiles muertos, niños también (aunque Hamas los utilice como escudos humanos), que son víctimas de bombas sobre viviendas palestinas. El futuro presi de EEUU, Barack Obama, visitó la zona hace unos meses, y dijo que si alguien atacara su casa con "mis dos hijas durmiendo haría todo lo que estuviera en mi poder para evitarlo". Es importante una nueva actitud respecto a Israel a partir del día 20 de enero 2009. Todos los conflictos, en el siglo XXI, no se acaban con bombas y que ellas radicalizarán aun más, las posiciones de las dos partes. Recordemos que Hamas ganó las últimas elecciones derrotando a Al Fatah, la facción palestina más

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