En Europa esta creciendo el racismo y la discriminación. Muestra de ello lo tenemos en Italia que se ha convertido en el ejemplo desechable ya que criminalizan a la comunidad romaní.
Lo que allí sucede puede extenderse a más países europeos, también a España. En la actualidad las autoridades siguen sin desarrollar políticas de lucha contra el racismo.
En Italia, la situación de los romaníes se ha deteriorado por culpa de los discursos políticos discriminatorios italianos y que están basados en la exageración y el miedo.
En ese contexto Berlusconi, ha legitimado abusos y hemos asistido al incremento de desalojos forzados de personas privándoles de casa, en muchas ocasiones, sin avisar. El propio Gobierno actual ha adoptado medidas desproporcionadas y discriminatorias, como la toma de huellas dactilares para las personas de Rumania.
Y ha ido más allá: en Italia ser inmigrante irregular es un agravante en el Código Penal y alquilar una casa a una persona en esta situación puede costar entre seis meses y tres años de cárcel.
Esto es difícil de aceptar, al igual que el silencio de nuestros políticos. Sería bueno preguntarse si la situación italiana podría suceder en España, donde, a pesar de que cada vez hay más incidentes de este tipo, del racismo propiamente dicho no se habla.
Al filo de lo comentado me gustaría que efectuárais una reflexión: De ser algo ¿que somos: racistas o clasistas?.
Lo que allí sucede puede extenderse a más países europeos, también a España. En la actualidad las autoridades siguen sin desarrollar políticas de lucha contra el racismo.
En Italia, la situación de los romaníes se ha deteriorado por culpa de los discursos políticos discriminatorios italianos y que están basados en la exageración y el miedo.
En ese contexto Berlusconi, ha legitimado abusos y hemos asistido al incremento de desalojos forzados de personas privándoles de casa, en muchas ocasiones, sin avisar. El propio Gobierno actual ha adoptado medidas desproporcionadas y discriminatorias, como la toma de huellas dactilares para las personas de Rumania.
Y ha ido más allá: en Italia ser inmigrante irregular es un agravante en el Código Penal y alquilar una casa a una persona en esta situación puede costar entre seis meses y tres años de cárcel.
Esto es difícil de aceptar, al igual que el silencio de nuestros políticos. Sería bueno preguntarse si la situación italiana podría suceder en España, donde, a pesar de que cada vez hay más incidentes de este tipo, del racismo propiamente dicho no se habla.
Al filo de lo comentado me gustaría que efectuárais una reflexión: De ser algo ¿que somos: racistas o clasistas?.
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