lunes, 25 de julio de 2011

OBAMA Y EL ANIVERSARIO


El presidente Obama ha ido a la "zona cero" , en NYC, a depositar una corona de flores en homenaje silencioso a las víctimas de los atentados del once de septiembre de 2001. El acto es un intento de producir una imagen catártica (purificación del alma), ya que muerto Bin Laden, los norteamericanos de EEUU, puedan superar el trauma nacional abierto hace diez años. Obama ha presidido un acto discreto, sobrio, simbólico, sin discursos y emotivo. Eso sí, minutos antes, había dicho en el cuartel de la Engine 54 (bomberos), de donde salieron 15 bomberos que murieron en el World Trade Center, que los Navy Seal que habían matado a Bin Laden habían actuado también en nombre de los bomberos muertos (¿).

Obama está estirando tanto como puede los enormes réditos políticos de la captura y muerte de Bin Laden. Busca presentarse como cauterizador de una herida, en el papel de comandante en jefe que ha dado al país una noticia que lo ha unido. Y todo ello lo acerca a la reelección. Los únicos republicanos que han aparecido estos días han sido los antiguos jefes de la administración Bush, a apuntarse parte de la medalla. Sin Guantánamo, sin "submarinos" o waterboarding (léase: método de interrogación a prisioneros de dudosa legitimidad.) y guerra al terrorismo, Obama no habría podido matar al fundador de Al Qaeda.

Los medios de mayor difusión apenas han entrado en el debate de la legalidad o la moralidad de la operación. Hasta ahora, todo han sido alegrías, se han recreado en los detalles de la misión y han glorificado los cuerpos de élite que hicieron la proeza. Hay un un artículo en un periódico titulado "Celebrar una muerte: feo, tal vez, pero humano".

¿Hasta que punto podemos celebrar la muerte de una persona?