lunes, 6 de diciembre de 2010

WIKILEAKS


Quizás a Wikileaks se le está juzgando con lamentable ligereza.

Desde que el domingo comenzaron a publicarse los cables enviados desde las embajadas estadounidenses, el departamento de Estado no ha parado de leer multitud de críticas sobre el tema.

Hillary Clinton confesó el miércoles que cuando llamó a un colega extranjero para explicarle que estaban a punto de salir comentarios por Internet que no le dejaban muy bien parado, el colega le dijo: "No te preocupes, deberías oir lo que decimos de ti ", ¡¡¡toma ya!!!. Demasiado fácil todo.

Pensemos que en una filtración de 251.287 documentos, emitidos desde 201 ciudades de todo el mundo, la calidad de la información como mínimo se cuestiona, digamos como mínimo que es variable.

De lo que hasta ahora se ha publicado no son solo cotilleos, sino un montón de presiones, corrupciones, ocultaciones, flujos de dinero hacia el crimen y bolsillos privados, personalidades inestables al cargo, asuntos de vida o muerte, etc. Todo esto ya lo sabíamos, o mejor dicho nos lo imaginábamos, pero ahora está escrito.

Ya se sabe que Assange es un tipo oscuro y lo que edita en Wikileaks no es periodismo. Pero las filtraciones de Wikileaks son una nueva forma de transparencia informativa, que suministra material para la elaboración periodística. ¿O no?

Un claro favor les hace Wikileaks a los periódicos ya que éstos, haciendo referencia de la fuente origen, venden diarios a montones en nombre de la libre difusión de la información.

Me parece que está claro que el material editado por Wikileaks permite estar mucho más informados de cómo es este mundo que nos rodea y, lo más grave, nos dice a partir de qué informaciones los gobiernos democráticos toman decisiones en nuestro nombre.

Que dios nos coja “confesaos”…….!!!!!!