Conques surgió para la historia a raíz de un monasterio benedictino que allí se instaló en el medievo.
El monasterio tomó un auge notable a raíz del traslado de las reliquias de Santa Fe, nacida en Agen en el año 290 y martirizada a los 13 años, en tiempo de Diocleciano.
En el año 866, en una época en las que las reliquias eran muy apetecidas por los centros religiosos, los monjes de Conques lograron recoger las de Santa Fe en Agen –lugar donde vivió la santa- y trasladarlas a este rincón apartado.
Se dice que en realidad lo que ocurrió fue un rapto de reliquias, similar al que también hizo en el medievo el famoso obispo Gelmirez, en Santiago de Compostela. Lo cierto es que se empezaron a contar milagros de esta santa y, a partir de entonces, Conques ocupó un lugar destacado del cristianismo en Francia, como centro clave de la ruta jacobea que venía de Le Puy por Conques y Moisac, en dirección a Roncesvalles.
Desde 1873, los padres Premostratenses de la abadía de San Miguel de Frigolet son responsables de este centro, donde está uno de los tesoros más asombrosos de la cristiandad.
Para el visitante Conques te traslada a la epoca medieval, al pasear por sus calles respiras historia ya que cada rincón no te deja indiferente. Limpia y bien ordenada esta pequeña villa te hace vibrar de emoción a cada paso que das.
Para ir a Conques hay que viajar a Midi Pyrenées, en el territorio de Aveyron. Se halla cerca de Rodez, una ciudad de unos 20.000 habitantes, donde destaca una magnífica catedral gótica, con aire de fortaleza y un soberbio campanario. Hay que verlo, aunque llueva o nieve.
Siguiendo desde Rodez hacia el noroeste, por la carretera que lleva hacia el país de viñedos de Marcillac Vallon, se atravesará por una serie de bellos pueblos, cargados de recuerdos medievales y en medio de una naturaleza muy agradable. Pronto se descubrirá cómo el valle se hace muy angosto. Esta es la tranquila tierra en la que está Conques, una población íntimamente ligada al Camino de Santiago.
El monasterio tomó un auge notable a raíz del traslado de las reliquias de Santa Fe, nacida en Agen en el año 290 y martirizada a los 13 años, en tiempo de Diocleciano.
En el año 866, en una época en las que las reliquias eran muy apetecidas por los centros religiosos, los monjes de Conques lograron recoger las de Santa Fe en Agen –lugar donde vivió la santa- y trasladarlas a este rincón apartado.
Se dice que en realidad lo que ocurrió fue un rapto de reliquias, similar al que también hizo en el medievo el famoso obispo Gelmirez, en Santiago de Compostela. Lo cierto es que se empezaron a contar milagros de esta santa y, a partir de entonces, Conques ocupó un lugar destacado del cristianismo en Francia, como centro clave de la ruta jacobea que venía de Le Puy por Conques y Moisac, en dirección a Roncesvalles.
Desde 1873, los padres Premostratenses de la abadía de San Miguel de Frigolet son responsables de este centro, donde está uno de los tesoros más asombrosos de la cristiandad.
Para el visitante Conques te traslada a la epoca medieval, al pasear por sus calles respiras historia ya que cada rincón no te deja indiferente. Limpia y bien ordenada esta pequeña villa te hace vibrar de emoción a cada paso que das.
Para ir a Conques hay que viajar a Midi Pyrenées, en el territorio de Aveyron. Se halla cerca de Rodez, una ciudad de unos 20.000 habitantes, donde destaca una magnífica catedral gótica, con aire de fortaleza y un soberbio campanario. Hay que verlo, aunque llueva o nieve.
Siguiendo desde Rodez hacia el noroeste, por la carretera que lleva hacia el país de viñedos de Marcillac Vallon, se atravesará por una serie de bellos pueblos, cargados de recuerdos medievales y en medio de una naturaleza muy agradable. Pronto se descubrirá cómo el valle se hace muy angosto. Esta es la tranquila tierra en la que está Conques, una población íntimamente ligada al Camino de Santiago.