Daley, alcalde de Chicago, ordenó detener su berlina oficial y desde allí mismo comunicó la mala noticia al mismo Obama, que ya volaba de regreso a EE UU en el Air Force One. Por teléfono directo con el avión presidencial, Daley (el pelota) agradeció al presidente todos los esfuerzos del matrimonio Obama. "Nunca en mi vida me he sentido más orgulloso de ser de Chicago que cuando he escuchado el discurso de Michelle Obama". Michelle Obama vistió para la ocasión un traje de color amarillo, idéntico color que el día de la elección presidencial de su marido, pero en esta ocasión no tuvo suerte.
"Los visionarios saben reconstruir después de un gran incendio", fue una de las frases que el presidente Obama dejó en Copenhague, visiblemente cansado. Debió ser por eso ya que la frase se las trae.
Quiero que solamente haya sido cansancio, espero que no se le haya subido la fama a la cabeza y empiece, como algún político español, a creerse que es dios. Seguiremos atentos.
