El Carlit es la montaña más alta de toda la Cerdanya (tanto de la parte catalana como de la francesa) y del Pirineo oriental. Está situado en la denominada Alta Cerdanya (Francia) y su altura es de 2.921 m. Sus vertientes poseen la segunda mayor concentración de lagos glaciales de toda la sierra pirenaica, tan solo superada por el impresionante Parque Nacional de Aigüestortes en la provincia de Lleida. Lógicamente, resulta muy visitado. Al final de año posiblemente pise tanta gente su cima como en el Aneto, el Monte Perdido o la Pica d’Estats. Por este motivo, su ascensión en el verano se convierte en una procesión (aunque ya adelanto que no será, precisamente, nuestro caso). Tampoco quiero decir que es un paseo.
Como sucede con las montañas más conocidas, el Carlit ha sido mitificado muchas veces. Esta mitificación deriva del menosprecio por parte de ciertos colectivos, al igual que sucede con el Aneto o la Pica d’Estats, por poner unos ejemplos. Es importante destacar que, a pesar de los tópicos, se trata de una montaña muy bonita, sin ninguna duda el mejor dos mil novecientos de la Cerdanya, el que ofrece más dificultades y el que dispone de una mayor presencia. La verdad es que no es un buen mirador de la Cerdanya pero sí lo es del Pirineo en general. Es un lugar excelente para los identificadores de cimas; desde la Maladeta hasta el Canigó, gran cantidad de puntos culminantes desfilan delante de nuestros ojos. Además, se pueden observar más de una docena de lagos, sobre todo por la vertiente de La Bullosa.
Subir al Carlit por cualquiera de sus vías normales ya no resulta un paseo como en el caso del Puigmal, que es la montaña situada justo en la otra parte de la Cerdanya y que tiene tan solo 8 metros menos. Y además subirlo por donde lo hicimos nosotros es bastante complicado y peligroso.
Vale la pena intentarlo y si ademas escogéis un dia soleado será como un premio de lotería.