sábado, 29 de noviembre de 2008

LA CORRECION POLITICA


El ejemplo lo pone el periodista Edward Stourton al decir que en un pueblo, el ayuntamiento dispone NO poner adornos por Navidad, en sus calles, al querer respetar a todos sus ciudadanos, debido a la multiculturalidad. Él dice “la corrección política se ha vuelto loca” e incluso, afirma que “hasta extremos estúpidos”.

En nuestro país, España, podemos decir como ejemplo el caso de “las croquetas de la Puri”, un anuncio publicitario para incentivar las letras del Tesoro. Se dice que es un mensaje machista y sexista. Se retiró a petición de una senadora del Partido Popular Español. Existen en nuestro país un nivel exagerado de susceptibilidad.

Llegado a este punto debo decir que la corrección política está a la orden del día. Necesaria pero quizás excesiva. Cometer un error con los sectores sociales vulnerables es un fallo muy importante para un político. Sobre todo por que se le medirá centímetro a centímetros cualquier palabra dicha. Lo más difícil es corregir a un político masculino es el rasgo androcéntrico que se tiene. Lo mismo para cuando se habla de gente del campo y la gente de la ciudad, los primeros son los olvidados. En un tema mucho más delicado es el terrorismo. No es coherente decir “terrorismo internacional” cuando nos referimos al Islam, cuando en realidad nos referimos a cuatro chalados minoritarios musulmanes radicales.

¿Por qué a un discurso políticamente correcto se le tilda de hipócrita? ¿Todos debemos ser Homer Simpson, Dr. House, Aída, etc. para ser creíbles? ¿Los políticos deben también desmarcarse de la corrección? La corrección política debe ser uno de los pilares de la comunicación, de lo contrario tendemos a que el debate público se llene de denuncias de agresiones y perderemos el “fondo” de las cuestiones a cambio de las “formas”. La incorrección solo divierte a cuatro. Si deseo reír un buen rato, me voy al teatro.