A medio camino entre la montaña de Montseny y el Pirineo, en la cordillera transversal, se halla Collsacabra y el Valle de Sau que enmarcan una región natural en forma de media luna en el extremo oriental de la comarca de Osona.
El territorio es, sin duda, un lugar privilegiado situado en la Catalunya norte-oriental y a 50 km del litorial mediterráneo, dónde encontramos los ingredientes idóneos por atraer las miradas de todo viajante intrépido. Las mesetas, la cuenca del río Ter y del valle definen un escenario complejo, conocido por el atractivo de sus paisajes, la gastronomía casera bien preservada y la cultura tradicional de los pueblos aislados, rica en leyendas populares y testigo de generaciones ancestrales. Las ermitas y las iglesias románicas afloran por todas partes, así como las masías y las casas solariegas de historia antigua.
Las paredes de una altitud mediana de 1.100 metros, el pantano de Sau y la floresta húmeda de las Guilleries conforman un espacio adecuado por la práctica de actividades sobre la naturalesza (excursiones, deportes de aventura, hípica, náutica), y a la vez esconden una gran diversidad de rutas para recorrer a pie o en bicicleta.
En ese rincon del mundo he experimentado una sensacion única: a las 2:30 a.p, con la luna en todo su esplendor, hacer la ruta de a pie, entre las masias Mas Novell y el pueblo de Tavartet. Un desnivel de 300 metros con un recorrido de 3 kilometros, entre tarteras, bosques, caminos pedregosos, semi paredes dificiles de traspasar. Algo indescriptible por su belleza - la luna iluminando el valle, nieblas que se hacen y deshacen en diez minutos - y al mismo tiempo por su dificultad. Invito a todos los lectores que experimenten un sensacion similar. Las nuevas sensaciones , durante las tres horas y cuarenta minutos que duró la experiencia, es algo indescriptible.
El territorio es, sin duda, un lugar privilegiado situado en la Catalunya norte-oriental y a 50 km del litorial mediterráneo, dónde encontramos los ingredientes idóneos por atraer las miradas de todo viajante intrépido. Las mesetas, la cuenca del río Ter y del valle definen un escenario complejo, conocido por el atractivo de sus paisajes, la gastronomía casera bien preservada y la cultura tradicional de los pueblos aislados, rica en leyendas populares y testigo de generaciones ancestrales. Las ermitas y las iglesias románicas afloran por todas partes, así como las masías y las casas solariegas de historia antigua.
Las paredes de una altitud mediana de 1.100 metros, el pantano de Sau y la floresta húmeda de las Guilleries conforman un espacio adecuado por la práctica de actividades sobre la naturalesza (excursiones, deportes de aventura, hípica, náutica), y a la vez esconden una gran diversidad de rutas para recorrer a pie o en bicicleta.
En ese rincon del mundo he experimentado una sensacion única: a las 2:30 a.p, con la luna en todo su esplendor, hacer la ruta de a pie, entre las masias Mas Novell y el pueblo de Tavartet. Un desnivel de 300 metros con un recorrido de 3 kilometros, entre tarteras, bosques, caminos pedregosos, semi paredes dificiles de traspasar. Algo indescriptible por su belleza - la luna iluminando el valle, nieblas que se hacen y deshacen en diez minutos - y al mismo tiempo por su dificultad. Invito a todos los lectores que experimenten un sensacion similar. Las nuevas sensaciones , durante las tres horas y cuarenta minutos que duró la experiencia, es algo indescriptible.
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