sábado, 21 de junio de 2008

EN CATALUNYA ATAJAMOS LA CRISIS


Llevo cincuenta años viviendo en este planeta, he viajado por los cinco continentes y aunque no soy antropólogo precisamente, he conseguido tener mi propia opinión.
En casa, Catalunya, no estamos bien de la cabeza. Hay temas, de los que alardeamos ser pioneros pero no sabemos como afrontarlos, como tratarlos.
Quiero referirme a la limitación de velocidad. Evidentemente, precisamos de unas normas y necesitamos que se hagan cumplir, pero precisamente para conseguir que estas normas se cumplan y sean respetadas tienen que ser entendidas, bien explicadas y deben obedecer al sentido común. En definitiva, para que una norma se cumpla tiene que ser creíble, y esta limitación de los 80 por autopista y otras vías de alta capacidad no lo es en absoluto.
Muchas son las preguntas que te genera esta nueva indigna norma. ¿Qué valores de seguridad reales no guardan relación con la peligrosidad de la vía? ¿Qué estudios avalan un mayor número de accidentes por exceder los 80 por una autopista o vías rápidas? ¿Creen, de verdad, los que han impuesto este límite que era realmente necesario para reducir los accidentes?
La situación creada provoca contrasentidos evidentes para la seguridad vial: por ejemplo, si voy por la autopista del Garraf en dirección a Tarragona, el límite de 80 finaliza precisamente cuando empiezan los túneles de la autopista ¿? .
Medida recaudatoria. Con esta norma, la Generalitat recaudará muchos más euros en sanciones a conductores que en un momento de distracción han sobrepasado los 80 en una autopista de cuatro carriles. Siendo conscientes de que en ningún caso, estos conductores tienen la sensación de peligro ni de estar provocando, de manera realmente objetiva, una conducta insegura a su alrededor.
Mi casa, Catalunya, es un país donde siempre hay un peaje que pagar, en todos los sentidos. En el caso de la conducción vial, nos hacen circular a 80 por autopista después de haber pagado, y mucho dinero, cuando en el resto del Estado van a 120 por autovías gratuitas. ¿Por qué?
Desde una tranquila y serena reflexión, deberemos cambiar estas limitaciones absurdas y consensuar una política de seguridad vial con toda la sociedad. Necesitamos datos veraces y totales para poder determinar, de verdad, donde esta el problema. La velocidad excesiva está presente en casi una tercera parte de las muertes por accidentes de tráfico, pero la mayoría de estos accidentes no se han producido por ir a 120 por autopista, sino por una conducción poco segura en otras carreteras que no siempre reciben las inversiones necesarias por parte de las administraciones responsables.
Con respecto a la contaminación, además de paliar la factura del petróleo (hoy que es un tema de moda por lo de la crisis), propongo una norma que establezca la prohibición de circular de jueves a domingo a cualquier vehículo con motor de explosión. Por otro lado un pago del impuesto de circulación de importe mínimo de 5.000.000 euros por vehículo independientemente cuantas ruedas motrices tenga el coche. Lógicamente quien no cumpla con la norma se le aplicara la pena capital o expulsión del país. Estoy convencido de que reduciremos de forma considerable la contaminación y al mismo tiempo los accidentes de tráfico y pagaremos mucho menos por la gasolina.

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